El aumento de sífilis en México se ha convertido en uno de los temas de mayor preocupación para las autoridades de salud en este 2025. Con corte a noviembre, el país acumula más de 18,000 casos confirmados, lo que refleja un incremento significativo frente al mismo periodo de 2024, cuando se habían contabilizado alrededor de 15,300 contagios. Esto representa un aumento superior al 17 % en tan solo un año.
De acuerdo con los reportes epidemiológicos más recientes, los contagios continúan concentrándose en adultos jóvenes, aunque el rango de edad se ha ampliado progresivamente. Hasta noviembre, se han registrado cerca de 10,100 casos en hombres y casi 8,000 en mujeres, lo que mantiene una distribución relativamente constante respecto a años previos.
Por entidad federativa, Jalisco, Ciudad de México y Baja California encabezan la lista de mayor incidencia durante 2025. Jalisco supera los 1,800 casos, la Ciudad de México acumula más de 1,600, mientras que Baja California rebasa los 1,300. Otras entidades como Nuevo León, Guanajuato y Tamaulipas también reportan incrementos considerables, lo que confirma que se trata de un fenómeno generalizado y no aislado.
Especialistas señalan que el repunte responde a diversos factores: menor uso del condón, incremento de prácticas sexuales sin protección, baja percepción de riesgo entre adolescentes y adultos jóvenes, así como retrasos en la detección debido a que la sífilis puede avanzar sin síntomas en sus primeras etapas.
La enfermedad, causada por la bacteria Treponema pallidum, es curable si se detecta y trata oportunamente. Sin embargo, el aumento de sífilis en México obliga a reforzar las estrategias de información pública, ampliar la disponibilidad de pruebas rápidas y promover campañas de prevención en escuelas, espacios comunitarios y centros de salud.
Las autoridades sanitarias han reiterado la importancia de acudir a revisión médica ante cualquier síntoma sospechoso, mantener una vida sexual informada y emplear métodos de protección en todas las relaciones sexuales. El objetivo es claro: frenar la cadena de transmisión y evitar complicaciones que pueden afectar gravemente la salud.
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